sábado, 23 de enero de 2010

LA RUTINA



El aburrimiento como la percepción de vivir una vida rutinaria es solo eso, una percepción que tiene que ver más con nuestra actitud, que termina por convertirse en un estado de ánimo de baja energía.

Creemos que todos los días las cosas que hacemos son iguales. Esta creencia nos lleva a sentirnos mal, cansados, desganados, aburridos. Por momentos deseamos que pase algo diferente que nos emocione. Pero es solo nuestra actitud, lo que influye en nuestra percepción. Creemos que estamos en la rutina y lo hacemos realidad.

Finalmente, somos lo que creemos que somos.

El concepto de rutina tiene que ver con nuestros hábitos, con nuestras costumbres. Nuestra vida está llena de pequeños actos automáticos que nuestra mente repite sin necesidad de que estemos pensando que es lo que sigue o como lo tenemos que hacer.

En realidad estamos viendo cosas muy generales que repetimos: levantarse, bañarse, vestirse, desayunar, ir al trabajo (o a la escuela), salir a comer, regresar al trabajo (o hacer tareas), regresar a casa, cenar, acostarnos a dormir. Visto de esta manera, parece que todos los días fueran iguales, pero recordemos que nuestra actitud tiene mucho que ver en la forma en que percibimos las cosas.

Sin embargo, si ponemos atención en los detalle de cada una de estas actividades, nos damos cuenta de que en realidad, la rutina no es mas que un concepto que usamos para justificar nuestra actitud y sentirnos mal.

Cada día, es diferente. Hasta nosotros ya no somos los mismos que eramos ayer. Todas las cosas son diferentes. Les recomiendo una película muy interesante: "Atrapado en el tiempo".
Se trata de un periodista que va a un pueblo a cubrir la noticia del día de la marmota y que por alguna razón, empieza a vivir el mismo día una y otra vez. Cada mañana todo vuelve a empezar. En la historia, el protagonista es el único que recuerda que es lo que ha pasado en cada una de las repeticiones del mismo día y puede cambiar lo que el hace. Lo que el cambia influye en las acciones de todos los demás. Es excelente para reflexionar, ni siquiera en este caso, existe la rutina como algo aburrido.

Les comparto este poema sobre la rutina, espero que les guste y que sirva para que no se sientan aburridos.

"La rutina"

Esa rutina de todos los días
que pensándolo bien, no es de todos los días
si acaso, solo de lunes a viernes.
Porque sábado y domingo hay espacio
para las sorpresas y las pequeñas locuras.

Despertar y verte dormir a mi lado tu sueño tranquilo.
Con la seguridad de que estoy aquí a tu lado
soñando a veces, a veces sin soñar,
incluso hay días que pareces sonreír entre sueños.

Te despierto o me despiertas
con un beso nuevo cada día.
Hasta los días en que no estas
tu beso me despierta, mi beso te despierta a ti

Unas veces si y otras no,
en esa rutina desorganizada
nos bañamos juntos o no
tu me tallas, yo te enjabono, o no.

Porque a veces no bañamos juntos
pero respetando cada quien el bañarse del otro.

A veces hablamos, nos reímos,
hacemos los planes de rutina
que quedan húmedos, jabonosos,
pero al final limpios, relucientes.

Cuando nos vestimos la rutina nos sigue paso a paso.
A veces nos vestimos despacio
como si fuera domingo o día de fiesta.
A veces apurados, con esa prisa
que también cambia cada mañana.

La rutina del desayuno
que no es siempre igual.
Que se repite de una forma nueva
tan diferente a veces.

Después de todo es otro jugo
otra fruta, otro café, otro pan,
otros huevos, otra salsa, otro sabor
si no en lo general, si en el detalle.

¿Dónde deje mis llaves? ¿Dónde están las tuyas?
Nos despedimos con los besos de rutina
que también son nuevos, diferentes,
aunque el amor es el mismo.

Ese amor que compartimos día a día,
como siempre, lo compartimos mucho o poco o demasiado.
Es un amor que cada día se siente diferente,
que vivimos diferente.

La rutina es un fantasma.
Y como todos los fantasmas, no existe.
Pero igual, hay gente que habla de ella
que inventa historias y juraría que la ha visto.

En programación neurolinguistica hay un concepto que me encanta. El mapa no es el territorio. Así como se hacen mapas para representar algún lugar del planeta y que por supuesto, solo es una representación con lo más general que nos interesa conocer: la carretera, los poblados, los ríos, los puentes, en fin. De la misma forma cada uno de nosotros creamos en nuestra mente una representación de la realidad, de forma general y de acuerdo con nuestras creencias. Pero el mapa no es el territorio, es solo nuestro mapa de la realidad, como creemos que es la realidad.

1 comentario:

Arantza Echaniz dijo...

Recuerdo la época de la adolescencia como la del aburrimiento. A menudo me sentía invadida por el aburrimiento, la desgana, la pereza... pero es algo de libro en ese período. Hace mucho, sobre todo desde que soy madre, que no tengo tiempo para el aburrimiento y en ocasiones hasta agradezco la rutina, lo cotidiano, lo conocido... es más, poco a poco voy aprendiendo a disfrutarlo.